¿Protegido? ¿Acaso está protegido de los desperdicios que generamos?
La respuesta a esta pregunta es un NO rotundo. No, porque alumnos y profesores, de 1º ESO pudimos comprobar cómo el género humano va destruyendo todo lo que toca. A medida que íbamos descubriendo el paisaje, odisea nada fácil con casi 130 alumnos, pudimos verificar que existen ciudadanos desalmados que decoran de forma algo extraña con innumerables elementos: botellas, plásticos, cartones…Pero somos optimistas y queríamos pensar que tal vez lo dejaron allí para luego recogerlos y vaya ¡SE OLVIDARON! No queríamos creer que la conciencia del ser humano pudiera ser tan inconsciente ¿Serían humanos? ¡Quizás no!
La respuesta a esta pregunta es un NO rotundo. No, porque alumnos y profesores, de 1º ESO pudimos comprobar cómo el género humano va destruyendo todo lo que toca. A medida que íbamos descubriendo el paisaje, odisea nada fácil con casi 130 alumnos, pudimos verificar que existen ciudadanos desalmados que decoran de forma algo extraña con innumerables elementos: botellas, plásticos, cartones…Pero somos optimistas y queríamos pensar que tal vez lo dejaron allí para luego recogerlos y vaya ¡SE OLVIDARON! No queríamos creer que la conciencia del ser humano pudiera ser tan inconsciente ¿Serían humanos? ¡Quizás no!
Megáfono en mano y batallones de limpieza formados iniciamos una marcha, nos negábamos a avanzar dejando tras nuestros pies tal rastro. Encontramos de todo, desde una lata de sardinas hasta ruedas. Las sacas se llenaron en minutos y ensimismados en los restos apuramos el tiempo de campaña, tanto fue así, que cargamos con algunas bolsas hasta la carretera general, ruedas incluidas. Cabe decir que no encontramos ni un solo contenedor de basura en todo nuestro recorrido, excusa no válida para tal desastre.
Cruz, Coordinadora de 1º ESO.
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